Para doble orquesta, (con dos directores).
Duración : 14 minutos.
La obra tiene ahora el subtítulo cruz y ficciones , en resonancia con el trabajo de Abel Robino de quién un extracto de su instalación Robbery fue el afiche original del concierto.
A los diferentes niveles de escritura orquestal me propongo imponer un Nuevo movimiento que, bien que implícito en el trabajo de la orquesta tradicional, ha sido poco desarrollado como parte preponderante y esencial de parte de los compositores.
Tomando como punto de partida la idea simple de un contracanto o de un contrapunto tradicional la extensión al campo del lenguaje musical libado a una orquesta doble, potencia o vuelve factibles ideas que en otros contextos resultarían imposibles. Algunos ejemplos son la superposición de pulsaciones y tempi, el diálogo o dramaturgia entre planos que puedan hacer dialogar un material explícito con su anverso hipotético o bien el enunciado simultáneo de un propósito y su comentario secreto, inconfesable.
En cierto sentido el trabajo sigue siendo de factura clásica, tratándose de un instrumento con sus leyes : la orquesta.
La otra idea importante que me llevó a la decisión de la división de la orquesta es la de explorar desde su cartografía un espacio musical diferente. Aquí está el punto esencial : la exploración de otro espacio, con su propio lenguaje llevado al espacio real del concierto.